Por Jorge Amar (*) BUENOS AIRES, ago 06 (DyN) - La elevada tasa de rotación de los aparatos eléctricos y electrónicos se ha convertido en la fracción de desechos que más ha crecido en los últimos años. La solución más difundida, pero también la más onerosa es alquilar un depósito para su confinamiento, con lo que la solución definitiva es postergada.
Por su parte, la "logística inversa" o de recuperación enseña una solución más racional, dado que trata los residuos como subproductos y, para ello, recurre a empresas especializadas en reutilización, conocedoras de las rutinas de recogida selectiva, clasificación, tratamiento y venta de residuos inorgánicos, inscriptas como generadores de residuos.
A diferencia de los residuos sólidos urbanos alojados en repositorios sanitarios, no existe hoy un sitio diseñado para alojar basura electrónica, toda con metales pesados incapaces de degradarse en el medio natural: plomo, mercurio, níquel, cadmio y químicos peligrosos como el cromo hexavalente.
La idea de la "logística inversa" cierra con la utilización productiva por reciclado lo que obliga a delinear una ecuación económica (costo/beneficio) que coloque el acento en el ahorro, gracias al empleo racional de los recursos y al uso eficiente de la energía, coadyuvantes a que los rangos de contaminación no empeoren.
El vidrio de los monitores es un material milenario 100% reciclable a perpetuidad. Un kilogramo molido reemplaza 1,2 kilos de materias primas no renovables extraíble de las reservas naturales (arena, cal, mica, cuarzo, feldespato).
Al reutilizar 90% de vidrio y papel, la industria amplía su ciclo de vida, reduce 50% de la tarifa eléctrica, baja las emisiones de gases del efecto invernadero y ahorra 63% de agua. No son datos insignificantes si se considera el encarecimiento continuo de materias primas en el contexto mundial.
La construcción de un auto mediano demanda 930 kilogramos de diversos metales (chatarra). Si cada persona de toda la población mundial tuviese un Fiat 1500, ya se habrían agotado las reservas de hierro. Una lata de gaseosa reciclada ahorra energía suficiente como para mantener una TV encendida durante 3 horas.
Si la empresa se interroga qué cosa debe hacer con esos elementos, es que ya tiene la mitad del problema resuelto, tanto para su casa matriz como para sus sucursales, si realizó una recolección de la basura que otorgará e-scrap reciclado de mayor higiene, si se la coteja con los producidos por los residuos de origen doméstico.
El confinamiento en establecimientos arrendados con tal finalidad debería ser la última opción de la empresa, debido a que no genera beneficio alguno, sino que multiplica los precios de manipulación y disposición final.
En el entramado productivo, la "logística inversa" mejora la relación costo/beneficio, dado que el cuidado del ambiente acarrea ventajas competitivas de la recuperación de materia y energía convertidos en insumos que demanda la industria sin comprometer el medio natural ni afectar recursos naturales esenciales.
Si se trata de equipos de computación reparados y recuperados, su donación regular permite fortalecer los programas de responsabilidad social corporativa.
Todo el proceso es un desafío que requiere instruir y preparar gerentes especializados en la cadena de valor del reciclado en aproximación con otros actores diestros en el procesamiento seguro de aquella materia, bajo la forma aparente de basura.
Hoy, existe un gran capital social comunitario que habita las organizaciones no gubernamentales, cooperativas de recuperadores urbanos, asociaciones ambientalistas, etc., todas ellas competentes para intervenir y perfeccionar por su práctica cotidiana en este proceso creador de valor y empleo.
La logística que separa, recicla, amplía y facilita el horizonte de la gestión sustentable empresaria, que busca minimizar los impactos ambientales y mejorar la rentabilidad y/o el achicamiento de los costos.
(*) JORGE AMAR es director de la Asociación Civil Centro Basura Cero.
